Este bosque artificial de Hong Kong de Vincent Callebaut consiste en rascacielos que limpian el aire a través de la vegetación. No solo me interesa esta idea sino también la resolución de la forma, tanto los espacios exteriores como los interiores, que incorporan actividades en la propia fachada para que el propio objeto arquitectónico no se convierta en una escultura sin actividad.
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